Todos recordamos el olor a la comida de la casa de nuestras familias, la casa de nuestras madres y abuelas, de cuándo éramos pequeños y no levantábamos un palmo del suelo.
Seguramente, era porque teníamos más tiempo todos, sobretodo en los pueblos, pero la preparación de la comida parecía prolongarse durante horas o incluso días, en un ritual mágico.
Ese olor que inundaba la casa, esas madres y abuelas al lado del fuego con varias ollas a pleno rendimiento. Ese probar de cada ingrediente, cada salsa y cada plato terminado.
En algunos casos, por lo menos en el mío, yo me acercaba por ahí, antes de tiempo, a hacerme con algunos de esos manjares. Era entonces cuando algunas de las ahí presentes, como una guardia de corps, me cerraban la entrada con la frase: «Todavía no está listo, espera a la comida»
Y es que ahora, desgraciadamente, parece que todo tiene que estar hecho en el momento. Aquí y ahora. Incluso las madres, ya no tienen casi nunca tiempo para dedicarle horas a la cocina. Es normal.
Así que, desgraciadamente, todo sabe igual, todo es rápido y hecho sin cariño.
Afortunadamente, LCDL puede proporcionar una solución a este problema. Si, porque en LCDL cocinamos como antes. Con cariño, con amor, con tiempo; utilizando los mejores ingredientes para traerte esos sabores que creías olvidados. Los sabores de las madres y las abuelas de antes. Los sabores de la infancia.
Lo que hacemos en La Cocina de Lola se hace siempre bajo el mismo concepto y respeto a nuestros valores, siempre con el máximo cariño y atención.